miércoles, abril 29, 2009

El otro día me miraba al espejo y me dí cuenta de algo:

¡Me veía bien con el cabllo corto!

Bueno, desde mi punto de vista claro (que creo que es el más importante debo decir).
Eso me trajó a la mente un inusitadamente claro pensamiento:

Estoy envejeciendo...

Jajaja, bueno ese fue mi primer pensamiento, pero en realidad ¿qué más da?.

martes, abril 28, 2009

¿Cuándo termina la realidad y comienza la ficción?

De pronto, llega una simple pregunta:

¿Qué pasaría si el peor desastre biológico no hubiera sido organizado por quienes nos dijeron que lo habian organizado?

Es curioso que uno de los más claros ejemplos de imperialismo y corporativismo como lo es Hollywood de vez en vez te dé pequeños indicios de fenómenos que han sido alguna vez estudiados y que ahora parecen tan lejanos.

Ayer vi una película que se llama V for Vendetta (o V de Venganza) esta dirigida por los hermanos Wachowski (basada en un cómic de Alan Moore) y describiré brevemente a que viene al caso. Bueno, hay cosas en la historia para hacerla más accesible y demás cosas como una dama en apuros, peleas y cosas asi, pero procuraré irme más a la escencia.
Sucede que debido a una guerra posnuclear y el caos que esto puede generar en los paises emerge en Inglaterra un político con sed de poder, manejando un discurso de superioridad y de unión mediante la fé y la fuerza. Solo que había un problema, necesitaba algo para ratificarse, para obtener privilegios absolutos, fue entonces cuando a alguien se le ocurrió una gran idea, un alguien para quien el fin justifica los medios.
Desarrollaron un virus capaz de destruir poblaciones enteras dejando intacta su riqueza todo esto haciendo pruebas inhumanas a personas y demás barbaridades. La idea consistia en lanzar este virus, no a un enemigo sino a su misma población, ¿para qué? pues para generar miedo, “un pueblo con miedo es un pueblo sumiso y obediente” se ha dicho por ahí. Lo demás, pues quien quiera verla ahi esta el dato, a mi me gustó mucho e igual ya les agüé la película pero pues ni hablar.

Todo esto viene al caso (ahora si) pues justamente por lo que estamos viviendo, creo que a veces es un poco desquiciante estar pensando en conspiraciones y demás, no quiero decir complots por que ya va a haber gente que se me ponga loca y me vista de amarillo. Solo es una reflexión, una posibilidad más entre los millones y millones de posibilidades que existen en este universo y que por desgracia nuestras limitaciones jamás nos harán abarcarlas todas.
Creo que nos hemos vuelto cada vez mas dóciles con respecto a lo que nos dan de comer, obedecemos cuasi-ciégamente a lo que nos digan los medios, no por nada llevan casí cincuenta años implantándonos una forma de ser, de actuar, de vivir y a veces creo que han cumplido su cometido.

El modelo hegemónico actual quiere subsistir a como de lugar, sin importar los medios, que son plenamene justificables porque tienen un fin mayor, creo que esta en nosotros darle un giro a este modelo decadente, donde el tener es más que el ser y el poder esta más allá de todo y de todos.
Al parecer estamos al servicio de algo que, en principio de cuentas solo es el facilitador de las relaciones comerciales necesarias para la vida, estamos sobreestimandolo, estamos enajenados a este, atesorandolo, atandonos a él, hacemos cualquier cosa por obtenerlo incluso matar ¿quién nos hizo esto? me temo que la respuesta esta en el espejo.

domingo, abril 26, 2009

Tan solo un café

Justo la noche anterior a su boda, Joaquín se encontró con Mónica, hacia tiempo que no la veía y su voz le causó un sentimiento de calidez que vagamente recordaba.
Tomaron un café en el centro, en aquel pequeño lugar del cual ambos gustaban tanto de ir en otros tiempos, tiempos mejores y ahora lejanos. Pasaron un par de horas hablando de todo, política, trabajo, los amigos en común, la familia, lugares comunes y en ese momento obligados.
Joaquín casi habia olvidado por completo esa sensación, era como si el tiempo se hubiese detenido y solamente se encontraran ellos dos.
Al finalizar la tercera taza de aquel inusitadamente amargo café llegó el momento que Mónica inconcientemente había estado esperando toda la noche; dejó en aquel pequeño plato estilo talavera poblana su taza de café y mirando a Joaquín directamente a los ojos le preguntó: -¿Eres feliz?-, él tomó su taza sin dejar de mirarla un solo instante, dio un profundo sorbo a su café y le contestó: -Ahora si-.