viernes, septiembre 24, 2010

Fragmentos literarios

El sol penetraba penetraba por el parabrisas y me envolvía en su luz. Al cerrar los ojos, sentí como la luz me calentaba los párpados. La luz del sol, tras seguir un largo trayecto, había llegado hasta este humilde planeta y había dedicado una pequeña parte de su fuerza a calentar mis párpados. Al pensarlo, me sentí extrañamente conmovido. La providencia del universo no olvidaba mis párpados.


Haruki Murakami
El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas
Tusquets Editores|