sábado, diciembre 25, 2010

Crónica Navideña

Sábado 25 de diciembre, ¿Navidad? Ayer salí a mi hora acostmbrada del trabajo, no más programas absurdos para gente que ni los entiende, al menos hasta el lunes. Tráfico infernal, ni que hacerle. Quisé beber algo "para la ocasión" me decidí por ese whisky de 12 años que tanto anuncian en el televisor, me dirigí a la caja registradora (no sin antes hacer una fila de 20 minutos), la señorita que me atendió, con una gran sonrisa y estúpido gorrito de Santa Claus, me dijo -¡Feliz Navidad!- solo asentí. Pensé por un momento pasar a mi departamento y cambiarme, la ropa del trabajo tenia ese olor a oficina que tanto detesto, ya no habia tiempo. Decidí que era buen momento para regalarle algo a Joaquina, después de todo ya casí cumpliamos 5 años y muy probablemente si llegaba sin un presente a su casa se enfadaría conmigo.
Pasé a esa tienda departamental que me quedaba de paso, sabia que habría muchisima gente, -claro, es Navidad- pensé.
Entre por la zona de perfumes, chicas ofeciendo fragancias de diseñadores, los mas variados aromas entraron por mi nariz, dudé un momento en regalarle alguna, sin embargo, pensé que ya tenia demasiados en ese viejo tocador que le habia regalado su abuela.
Recorrí varios pasillos buscando el regalo "ideal", montones de personas se aglutinaban frente a la zona de tecnología, otro tanto frente al calzado. Caminé hacia la zona de joyería, elegí unos pequeños pendientes de ambar que me resultaron lindos. Pagué en la caja más cercana y me dirigí a que los envolvieran. Había por lo menos cincuenta personas esperando lo mismo que yo, delante de mi habia una pequeña familia, uno de los hijos le preguntaba insistentemente a su padre -¿Y qué más me vas a dar de Navidad papá?-, Preferí dejar la fila y envolvelos personalmente o quizá solo dárselos así. Tras media hora más de espera de los autos que salian me dirigí a mi destino final.
Joaquina abrió la puerta y se veía radiante como siempre, llevaba un vestido rojo, despues de todo -era Navidad- pensé para mi. Pasaron quince minutos y comenzaron a llegar nuestros amigos, Julián y Amanda fueron los primeros, después Abraham, sólo, lo cual fue un tanto extraño, ya que siempre venia a nuestras reuniones acompañado de alguna chica. Luego Dina e Ivonne. Por último llegaron Rebeca y César a mi parecer algo molestos.
La noche se desarrollo de los más normal, bebimos, comimos y platicamos de nuestras vidas; mucho trabajo, paga regular, aspiraciones en la vida, la situación del país. Temas que nos parecieron interesantes y que por alguna razón fueron surgiendo durante la velada. Aproximadamente a las cinco de la mañana comenzaron a retirarse nuestros amigos, Joaquina me preguntó si quería quedarme, le respondí que habia sido un día pesado y que prefería dormir en casa. Le pregunté si le habia gustado su regalo, ella me dijo -si, muchas gracias, ¿y a ti?-  a lo que yo respondí -seguro que si, muchas gracias-, -¡Feliz Navidad!- ella me dijo, -Feliz Navidad!- le contesté. Me pusé la linda bufanda de cashmere que me regaló y me dirigí a casa.