Me dispuse a quitarme el audífono de mi oreja derecha y comencé a escuchar:
Ausencia quiere decir olvido,
decir tinieblas, decir jamás,
las aves pueden volver al nido,
pero las almas que se han querido
cuando se alejan no vuelven más.
Es aqui donde dije: -Ah caray, suena bien-, entonces me
quité el otro audífono y continuó:
¿No te lo dice la luz que expira?
¡Sombra es la ausencia, desolación!...
Si tantos sueños fueron mentira,
¿Por qué se queja cuando suspira
tan hondamente mi corazón?
¡Nuestro destino fué despiadado!
¿Quién al destino puede vencer?
La ausencia quiere decir nublado...
¡No hay peor infierno que haberse amado
para ya nunca volverse a ver!
¡Que lejos se hallan tu alma y la mía!
La ausencia quiere decir capuz;
La ausencia es noche, noche sombría;
¿En que ofendimos al cielo un día
que así nos niega su tibia luz?
Nuestras dos almas, paloma y nido,
calor y arrullo no vuelven más
A la ventura del bien perdido...
¡La ausencia quiere decir olvido,
decir tinieblas... decir jamás!
Cabe señalar que todo esto recitado con una profunda voz, ronca, que la verdad hizó que me gustara aún más; no podía dejar de saber quien habia escrito ese poema, saqué una moneda de mi cartera y le pregunté al jovén en cuestión:
-Oye, ¿de quién es el poema? (dándole la moneda)
-Fernando Celada (¿Zelada?,¿Selada? pensé...), se llama Nublos
-¿Cómo?
-Nublos
-Chido, Gracias
Me puse de nuevo mis audífonos, continué mi camino; después de todo, mi viaje no había terminado.
2 comentarios:
¡Ja! Esas cosas casuales de la vida que siempre lo sorprenden a uno.
Cosas así te alegran todo el día, me ha pasado
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