Es una noche fría, el viento sopla fuertemente moviendo los árboles del parque, sonidos inusitados envuelven el ambiente, un farol alumbra la única banca que se alcanza a observar.
Se ve caminar a una jóven, ella solloza, lleva un largo vestido negro sin abrigo, tirita de frío.
La jóven
(sollozando)
Mi madre ha muerto, tenía 55 años, no era demasiado vieja, pero ciertamente tampoco una jovencita; no puedo decir que me alegro pero me libera, esa enfermedad fue terrible, verla retorcerse de dolor me partía el alma, yo sin poder hacer nada, solo la miraba y pasaba con ella las tardes, a veces mirando el televisor o simplemente leyendo juntas. Es curioso, no lloré durante el funeral, no le encontraba razón, pero ahora, ahora es diferenrente, la gente se fue a sus casas y yo me quedé aqui en nuestro hogar, en el que crecí, ella me preparaba galletas con macadamia y me contaba cuentos infantiles. Cuando niña nunca me preguntaba acerca de mi padre no interesaba tanto, siempre tenía a mamá a mi lado y eso era lo mas importante creo yo; pero ahora que recuerdo no siempre se mantuvo asi, crecí, comence a tener preguntas y mi mamá temía contestarme, me irritaba de sobremanera sus evasivas y hasta alguna vez le dije que la odiaba, ahora me arrepiento, en mi adolescencia nos distanciamos, le cuestionaba todo, nos gritabamos, le decia que no me entendía y demás cosas que no me gusta recordar y justo ahora que no esta valoro sus enseñanzas, su atención, su dedicación, su amor...
Lástima que ni aún el último día que pasamos juntas se lo pude reconocer, solo espero que donde este me escuche y que sepa cuanto la amé...
1 comentario:
¡Una nueva etapa bloggera! ¡Bravo!
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