Odio la realidad, lo sé, me acabo de dar cuenta o mejor dicho, lo acabo de recordar; odio el devenir cotidiano, la hipocresia, la guerra, el hambre, la mentira; no soporto escuchar de humanos comiendo humanos, de hermanos matando hermanos, de gente que se va porque este mundo no da oportunidades y culpo a la realidad, a lo posible, a lo terrenal, a lo humano, a lo efímero; ellos han logrado esto, han hecho que el mundo sea basura, que todos duerman sin soñar, que vivan en letargo, indiferentes, ajenos a la eternidad, a los cuentos, a lo fantástico e inimaginable.
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