Hoy en día nos preocupamos mucho por cuidar nuestro cuerpo, la medicina actual nos da útiles consejos para preservar nuestro templo, una de estos se encuentra en el secreto de consumir mínimo dos litros de agua al día.
Un día cualquiera seguimos estas recomendaciones, nos despertamos temprano, tomamos dos o tres vasos con agua en la mañana, recien levantados, realizamos nuestras actividades cotidianas, baño, afeitada, desayuno,nos ponemos en camino a nuestro lugar de trabajo o estudio o hacia cualquier lugar en realidad, de pronto, una sensación invade nuestro cuerpo, es una sensación conocida, prácticamente llevamos toda nuestra vida experimentándola, se centra principalmente en el bajo vientre cerca de LA zona, llegan escalofríos,un sudor frío comienza a recorrerte; no recordabamos que el camino fuese tan largo, interminable, la paciencia se agota, ¿por qué no avanza ese maldito microbusero de adelante?, empiezan los movimientos, primero un un leve contoneo de nuestro tobillo, va subiendo a la rodilla, la cadera, se convierte en una convulsión; en este punto toda tu mente se concentra en encontrar un baño, donde sea, afortunadamente en la esquina localizas una tienda de los tecolotitos esos, entras, no importa nada más llagas al sanitario, desabotonas torpemente tu pantalón(o lo que traigas), el sudor se convierte en mares...
Ahhhhhh, el líquido que contiene urina, entre otros múltiples compuestos es expulsado de tu ser, tu cuerpo se relaja, tus músculos dejan de ejercer esa tensión que te tenía al borde de una apoplejía por la presión acumulada en tu torrente sanguíneo, todo es maravilloso, tu sigues en lo tuyo, ya casi al final llega ese extraordinario escalofrío de alivio (al menos para los hombres así es); el mundo es un lugar mejor ahora, el placer causado es inmesurable.
¿Alguién tiene duda de que este sea un placer de la vida?
Un día cualquiera seguimos estas recomendaciones, nos despertamos temprano, tomamos dos o tres vasos con agua en la mañana, recien levantados, realizamos nuestras actividades cotidianas, baño, afeitada, desayuno,nos ponemos en camino a nuestro lugar de trabajo o estudio o hacia cualquier lugar en realidad, de pronto, una sensación invade nuestro cuerpo, es una sensación conocida, prácticamente llevamos toda nuestra vida experimentándola, se centra principalmente en el bajo vientre cerca de LA zona, llegan escalofríos,un sudor frío comienza a recorrerte; no recordabamos que el camino fuese tan largo, interminable, la paciencia se agota, ¿por qué no avanza ese maldito microbusero de adelante?, empiezan los movimientos, primero un un leve contoneo de nuestro tobillo, va subiendo a la rodilla, la cadera, se convierte en una convulsión; en este punto toda tu mente se concentra en encontrar un baño, donde sea, afortunadamente en la esquina localizas una tienda de los tecolotitos esos, entras, no importa nada más llagas al sanitario, desabotonas torpemente tu pantalón(o lo que traigas), el sudor se convierte en mares...
Ahhhhhh, el líquido que contiene urina, entre otros múltiples compuestos es expulsado de tu ser, tu cuerpo se relaja, tus músculos dejan de ejercer esa tensión que te tenía al borde de una apoplejía por la presión acumulada en tu torrente sanguíneo, todo es maravilloso, tu sigues en lo tuyo, ya casi al final llega ese extraordinario escalofrío de alivio (al menos para los hombres así es); el mundo es un lugar mejor ahora, el placer causado es inmesurable.
¿Alguién tiene duda de que este sea un placer de la vida?
"Pues de tu arte a mi arte..."
Albur baratón
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