Un día no tan común, trabajo hasta tarde, búsqueda y análisis voy a casa, una mirada furtiva recorre tu cuerpo, tus pies, tus tobillos, piernas, cintura, senos, cuello, boca, nariz, termina en tus ojos; unos preciosos ojos cafes coronados con largas y rizadas pestañas.
Estoy a solo unos pasos, tú, me das la espalda no me miraste y aún no me miras. Trato de distraerme, voltear a otro lugar, no puedo, tu imagen reflejada en el vidrio lo impide, me cautiva, quedo estático, absorto en tu rostro, en tus ojos, a traves del sutil reflejo que apenas se percibe, por momentos te pierdo y en instantes recupero tu imagen.
Sigues sin mirarme, ya no importa, me causa cierto placer solo contemplar saberte ahi; una frase llega a mi mente, la escribo en mi cuaderno, dudo sobre dártela o no, me decido, te la doy, un gesto de extrañeza, una sonrisa, doy la vuelta, sigo mi camino, no miro atrás.
Gracias por la inspiración.
"Si tan solo pudiera decidir donde perderme... Sería en la profundidad de tus ojos"
1 comentario:
¡Oh la lá! Très bien.
Siempre que haya inspiración, creo que tenemos lo suficiente. ¿O no, Espinacas? Hemos coincidido ya en otras ocasiones sobre la preeminencia de lo ideal sobre lo material y pienso que al final del día nos ha dado motivos. En los momentos más oscuros y terribles, la idea y la convicción en ella hacen maravillas.
Nos vemos al rato. Espero.
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