viernes, septiembre 21, 2007

Recitales y Microbuses

Ayer me dirigía a casa, iba yo en el microbús escuchando un poco de música, cuando se sube un jovén al colectivo y comienza a hablar (ya saben, uno siempre se pone medio alerta cuando alguien se sube y comienza a hablar, por si las moscas) y mencionó que era un estudiante de Zacatecas y que no tenia trabajo, y hasta ahi, dices, bueno, quiere una moneda, lo de siempre; pero de pronto dijo que recitaria un poema (wow, eso era nuevo para mi, cultura traida hasta el asiento de su microbús preferido), hoy en día no me es muy común escuchar hablar de poesia y de recitales, eso quedó atrás en mis clases de Lengua Española de tercero de secundaria quizá un poco después con mi profesora Quiroga, ¿pero ahora?, que bien, pensé;

Me dispuse a quitarme el audífono de mi oreja derecha y comencé a escuchar:


Ausencia quiere decir olvido,
decir tinieblas, decir jamás,
las aves pueden volver al nido,
pero las almas que se han querido
cuando se alejan no vuelven más.


Es aqui donde dije: -Ah caray, suena bien-, entonces me
quité el otro audífono y continuó:

¿No te lo dice la luz que expira?
¡Sombra es la ausencia, desolación!...
Si tantos sueños fueron mentira,
¿Por qué se queja cuando suspira
tan hondamente mi corazón?

¡Nuestro destino fué despiadado!
¿Quién al destino puede vencer?
La ausencia quiere decir nublado...
¡No hay peor infierno que haberse amado
para ya nunca volverse a ver!

¡Que lejos se hallan tu alma y la mía!
La ausencia quiere decir capuz;
La ausencia es noche, noche sombría;
¿En que ofendimos al cielo un día
que así nos niega su tibia luz?

Nuestras dos almas, paloma y nido,
calor y arrullo no vuelven más
A la ventura del bien perdido...
¡La ausencia quiere decir olvido,
decir tinieblas... decir jamás!


Cabe señalar que todo esto recitado con una profunda voz, ronca, que la verdad hizó que me gustara aún más; no podía dejar de saber quien habia escrito ese poema, saqué una moneda de mi cartera y le pregunté al jovén en cuestión:

-Oye, ¿de quién es el poema? (dándole la moneda)
-Fernando Celada (¿Zelada?,¿Selada? pensé...), se llama Nublos
-¿Cómo?
-Nublos
-Chido, Gracias

Me puse de nuevo mis audífonos, continué mi camino; después de todo, mi viaje no había terminado.

2 comentarios:

Jerrophus VII dijo...

¡Ja! Esas cosas casuales de la vida que siempre lo sorprenden a uno.

Leticia Viana dijo...

Cosas así te alegran todo el día, me ha pasado