martes, septiembre 25, 2007

To: Nowhere land

Hagamos un experimento;
(Advertencia: gastarán el crédito correspondiente a un mensaje de texto según la tarifa autorizada por su compañia celular, solo realícenlo si estan dispuestos a gastar dicha cantidad )

Pasos:
  1. Saquen su celular
  2. Vayan a la parte donde se redactan los mensajes de texto (Pueden escribir lo que gusten, aunque no tenga sentido)
  3. En la parte donde escriben el número pongan un número fijo (es decir de alguna casa, si está cerca de ustedes este teléfono, mejor)
  4. Envien el mensaje



¿Listo?¿Qué pasó? les dijo mensaje enviado ¿verdad? y a los que estaban cerca del teléfono no les llegó el mensaje...

¿No les parece muy extraño?, el otro dia realice esa acción, sin intención claro esta y me quedé pensando:

¿A donde chingaos van esos mensajes?, porque seguramente no soy al único al que le ha pasado

¿Acaso existe un lugar a donde van esos voceros?

Pensando en eso, llegué a una conclusión, los mensajes van a "El limbo de los mensajes" (que creativo no?), si imagínense, un lugar donde llegan todo aquellos mensajes que no se entregan a su destinatario, donde dichos seres penarán eternamente debido a que no pudieron entregar su valiosa (o no tanto) información, se lamentaran, pensarán en lo sinsentido de su existencia, hasta que quizás, algo ocurra...

Tal vez nosotros no somos más que simples mensajes enviados através de un aparato de microondas de un mundo alterno que no pudo llegar a su destino y es por eso que nos preguntamos continuamente por nuestra razón de ser y como llegar a casa.

Si alguien tiene información respecto a este "Limbo de los mensajes", hágalo saber.

Finito!

1 comentario:

Jerrophus VII dijo...

En realidad, hoy por hoy, existen teléfonos "de casa" que pueden recibir mensajes de texto. Entonces, es de suponerse, que los mensaje pueden llegar a éstos. En cuanto a los que no tienen este tipo de artilugios, me parece que la teoría del "Limbo de los mensajes" es la propuesta más sana, concreta y convincente que he oído al respecto. ¡Ja! Un abrazo.